CONGRESO ONLINE - MEMORIA HISTORICA
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Diego Pérez: “Debemos recrear lenguajes y conceptos que la guerra fue transformando”



El director de Pensamiento y Acción Social (PAS), Diego Pérez, ha defendido en el primer encuentro de expertos del eje temático “Cultura de Paz”, que es el momento de ser creativos, de reformular viejos conceptos, tanto dentro del campo del lenguaje como de la convivencia.


En primer lugar, dentro del campo del lenguaje, Diego Pérez ha afirmado que se debería “resignificar” el término diálogo, ya que actualmente este se asocia a un concepto reducido, a una simple conversación entre varios en la que nos escuchamos, acción que “no genera cosas nuevas”. Por eso él ha apostado por hablar de un diálogo “transformador”, del cual uno no “puede salir igual después del encuentro” con otro completamente diferente a ti, ya que en un diálogo de este tipo el otro siempre “debería dejar algo en mí”. Y es que sólo así, según el director del PAS, se pueden “dar pasos en la transformación en el cambio”.


Y, también en términos de cambios, Diego Pérez ha asegurado que se debe replantear la convivencia ya que “los territorios de paz no son solo territorios donde no haya gente armada circulando por el territorio, sino donde haya posibilidades de que esos ejercicios de convivencia se den”. Y ha advertido al resto de experyos que hoy día hay muchos temores a la convivencia pacífica después de tantos años de vivir en polos enfrontados.


Finalmente, ha insistido a modo de resumen: “tenemos que empezar a ser muy creativos pero más que intentar nuevos lenguajes, nuevos términos, debemos re significar, a mi manera de ver, recrear esos lenguajes y esos conceptos que la guerra fue transformando y que los fue cargando de toda su lógica como tal. Volver a ellos, incluso. Y ahí, avanzando la idea de cómo ir transformando también prácticas sociales que faciliten la convivencia, faciliten la cultura de paz y le vayan quitando cada vez más peso a la violencia”.

 

Guillermo Guerrero: “El conflicto no es solamente armado, debajo hay un conflicto social”


Lluís Guillermo Guerrero, director del CINEP, en el primer encuentro de expertos del eje temático Cultura de Paz, ha alertado que antes de hablar de paz, teniendo en cuenta que Colombia lleva más de cincuenta años sin conocer esta realidad, se deben poner sobre la mesa diferentes consideraciones.


En primer lugar que “el conflicto no es solamente armado, debajo hay un conflicto social” y por eso sus “interpretaciones son múltiples y multifactoriales” según la región, la étnica, el género, la edad, etc, de la persona que lo interpreta.


Además, ha puntualizado que un “segundo escenario para la construcción de la paz es el reconocimiento apropiado de la movilización social” ya que “el país se moviliza mucha pero lo más grave es que no nos escuchamos”. Y “un diálogo sin escucha, un diálogo sin respeto a la palabra y a las expresiones sociales va a ser muy difícil”.


Pero según el director del CINEP también hay un tercer elemento a considerar: “la paz no es vacía, es muy concreta”; la paz también son derechos humanos, económicos, sociales, culturales, políticos, civiles, de género, de generaciones, ambientales, etc. Por lo tanto se necesita una nueva cultura política que tenga en cuenta estos elementos. Y este cambio de aprendizaje no sólo pasa por la escuela o la universidad, sino también por los hogares.


Y, finalmente, Luís Guillermo Guerrero ha planteado una última advertencia. La construcción de la paz no puede convertirse en una guerra por quien se lleva los méritos de esta victoria y por esto ha pedido a las entidades que trabajan en este proceso “armonización”, “coordinación” y “humildad”. “Que el protagonismo, el individualismo, no nos ahogue”, ha avisado.

 

Pedro Stucky: “Debemos transformar mediante el servicio al prójimo”


El pastor menonita Pedro Stucky, en su intervención en el primer encuentro de expertos del eje de Cultura de Paz, destaca la importancia que para que haya paz no sólo falta un cambio de actitud de los ciudadanos sino también de mentalidad. Y lo hace citando palabras de San Pablo: “cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir”.


Y recuerda que este cambio se debe fomentar “desde nuestros hogares, desde nuestras Iglesias y desde nuestros colegios, ya que la forma de transformar no es a través del militarismo, sino desde el servicio al prójimo”.


Y por eso pide a los líderes que usen la palabra para hacer realidad el cambio hacía una cultura de paz, pero sin olvidar la acción. “Soy Pastor y yo hablo, y me gustaría pensar que todos esos sermones u homilías cambian la gente, cambian la mentalidad, pero no me siento demasiado optimista sobre eso, porque aunque creemos en la palabra, la posibilidad transformadora de la palabra esta tiene que ir de manera muy estrecha combinada con la práctica”, afirma poniéndose él mismo como ejemplo.

 

Diego Pérez: “Tenemos que ser muy fuertes en defender la paz”


El director de Pensamiento y Acción Social (PAS), Diego Pérez, en el primer encuentro del grupo de experto del eje Cultura de Paz ha puesto en evidencia el hecho que la paz es muy deseada en un país como Colombia que lleva décadas de lucha armada, pero también da miedo porque es un escenario incierto. “Uno observa que hay cierto temor a perder el tutelaje que el actor armado ha conseguido durante muchos años. Pero también uno observa en colegas muy muy serios, con mucha historia de lucha social, cierta nostalgia cuando ven las posibilidades de que realmente se termine esa parte del conflicto armado”, ha explicado.


Y, delante de este panorama, Diego Pérez, ha hecho un llamamiento: “¿Cómo darles certeza a éstos amigos y amigas que pueden tener cierta nostalgia frente a la posibilidad de que se negocie el conflicto armado?”. Y ha propuesto: “tenemos que ser muy fuertes en manifestar que la guerra no puede ir más allá y que la violencia ha sido desastrosa y que la paz es el camino como una esperanza clara. Más allá de que nos corresponda o no darles certezas de que eso va a ser así o no. Me parece que es muy importante, es una manera de ayudar a que den el paso de la nostalgia de no seguir teniendo el tutelaje de las armas o de las vías de la fuerza”.


Ciudadanía para la paz


Por otro lado, Diego Pérez, también ha recordado que la ciudadanía está compuesta por “identidades múltiples”, y aunque el deseo de construcción de la paz puede unir personas muy diferentes, la diversidad se debe respetar. “No queremos la guerra pero tampoco una paz que homogenice a la ciudadana. La apuesta de la paz a todos nos pone como por igual y entonces esa riqueza de la diversidad y de una ciudadanía de múltiples identidades se pierde”, ha advertido.


Y para que esto no suceda, para que no se genere una sociedad de pensamiento único y se llegue a la paz respetando la diversidad, Diego Pérez apuesta por dos elementos: un reconocimiento real del otro en sus valores, en su posición, y, por otro lado, fomentar el diálogo como herramienta fundamental para colocar en la mesa las visiones distintas, las divergencias y los puntos de vista diferentes. Pero advierte que debe ser un diálogo que “pase más allá de la simple conversación y de la escucha al otro”, un diálogo que “genere cosas nuevas, que construyan nuevos comportamientos en todos los ciudadanos en la sociedad en su conjunto y en las organizaciones”.

 

Sara Victoria Alvarado apuesta por una “educación para la liberación”


Sara Victoria Alvarado, como miembro del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud del CINDE y la Universidad de Manizales, en el primer encuentro de expertos del eje “Cultura de Paz, ha afirmado que el principal reto para la construcción de la paz es empezar a generar prácticas alternativas a los escenarios de conflicto que lamentablemente en Colombia ya se han convertido en cotidianos. Por ejemplo, ha propuesto empezar por “reconocer lenguajes pacifistas que puedan circular con tanta contundencia, como lo hacen los lenguajes violentos”.


En el ámbito de la educación esto representa respetar la diferencia: “Ya desde los orígenes de la educación para la paz, la preocupación se ha centrado en el reconocimiento del otro, como otro diferente. Hoy pretender una escuela que forme para la homogeneidad, niega años de reflexión y reconocimiento del trabajo desarrollado por innumerables educadores de la paz” ha denunciado. Y ha añadido: “Por otro lado, una escuela que forme para la obediencia, niega cualquier posibilidad de vinculación entre pares donde las relaciones se juegan en un ejercicio reconocimiento de posibilidades entre unos y otros”.


Y, a demás, ha dejado claro el papel que deben tener los profesores en este proceso: “los maestros y las maestras deben entender que su papel no es de jueces y reguladores de la convivencia, son los propios niños, niñas y jóvenes, los autores de su historia, encontrando múltiples entradas y posibilidades, no abordando el tema como un acontecimiento puntual en la escuela, sino problematizando el conjunto social en el que se dan las relaciones marcadas por la violencia”.


En conclusión, según Sara Victoria Alvarado, para construir la paz se debe hablar de “una educación para la liberación” y se “deben eliminar todos los factores de exclusión y permitiendo que desde el diálogo, el respeto por la diversidad y la formación ciudadana y política, desde una democrática divergente y participativa” y ya desde los niños en el colegio “se deben dar las bases de la transformación social en la que todas y todos seamos forjadores de nuestros propios destinos”.

 

Mario Ramírez-Orozco: “La educación en paz es aquella que genera opción de diálogo entre diferentes”



Hablar de cultura de paz es uno de los temas más complicados y extensos de la actualidad. Vemos y oímos en nuestros noticieros la palabra paz, limitada a las problemáticas de conflicto armado actual del país, o a las guerras civiles de África o Europa central, sin embargo, olvidamos que la paz se debe practicar, promover y defender desde el actuar cotidiano de todos los ciudadanos.


Mario Ramírez-Orozco es docente de Unisalle, experto en temas de paz y actualmente participante de la mesa Cultura de Paz en el marco del II Congreso Internacional Edificar la Paz en el Siglo XXI. Él recientemente lanzó su libro con la Universidad de La Salle La Paz sin Engaños en donde nos muestra la paz desde una nueva perspectiva estructural como respuesta a la violencia estructural. En un diálogo con él, tuvimos la oportunidad de analizar la paz desde una perspectiva más profunda, una que responde a los actos de discriminación política, social y económica actual; eventos que tocan a la gran mayoría de la población del mundo sin importar estratos ni clases sociales, aunque en especial a los menos favorecidos, actos que traen consigo la pobreza y la desigualdad.


Para usted, ¿Qué es Cultura de Paz?


Cuando hablamos de Cultura de Paz casi siempre hablamos en un plano ideal y no pensamos en la convivencia pacífica, nos quedamos en el concepto de no agresión. Ésta se aprende a través del diálogo de los seres humanos que conforman las sociedades. Sin embargo, esto resulta ser un poco más complejo en nuestra actualidad, puesto que en toda la historia del mundo se han vivido más días de guerra que de paz, por lo tanto para enfrentar esta condición social hay que dejar de pensar en la Cultura de Paz ideal y retomar lo básico de la convivencia y del respeto por los Derechos Humanos.


¿Desde la academia cómo se puede promover?


La academia cumple con un objetivo primordial: promover las cátedras de paz en todos los países, con o sin conflicto visible, la paz no debe ser un tema reactivo al conflicto, debe estar inmerso en un sistema educativo para que todas las generaciones tengan conciencia de las ventajas que es convivir en sociedades pacíficas para el desarrollo humano y social. Tenemos que tomar más conciencia de que estamos viviendo en el siglo XXI y que todos los avances tecnológicos y científicos no corresponden al desarrollo social actual. Es paradójico que en este siglo haya más muertos que en tiempos pasados donde no había tanto desarrollo científico, tecnológico y cultural. En este sentido, la academia tiene que educar para la paz y en paz.


¿En qué difieren estas dos posturas?


La educación para la paz siempre se plantea en términos ideales, por el contrario la educación en paz es la que genera espacios en donde es más abierta la opción del diálogo entre diferentes. La educación en paz es aquella en donde los espacios del aula permiten que todos, sin importar sus características, tengan que convivir con igualdad de derechos y de condiciones.


La enfermedad del siglo XXI es la discriminación, el racismo, y gran parte de los conflictos de este momento en Asia o en Europa es la migración, los problemas de grandes flujos de población que migran y son contemplados como minorías. Cuando se educa en paz y para la paz, automáticamente la noción del ser humano se plantea en términos de igualdad, igualdad de hecho a través de las oportunidades.


¿Cuál es su diagnóstico de la cultura de paz en Colombia y en el mundo?


La paz no la vivimos millones de personas en el mundo, independiente de la relacionada con los conflictos armados. Deberíamos entrar a procesos de paz que toquen el conflicto político y social puesto que dichos conflictos implican la mala calidad de vida de miles de millones de personas en el mundo. Una de las condiciones de la paz es tener una buena calidad de vida y en eso estamos quedados. Creo que en este siglo estamos viviendo un desfase entre la cronología y los hechos sociales, no puede haber paz con una sociedad viviendo en el siglo XIX en pleno siglo XXI, no puede haber paz si todavía hay servidumbres, colonialismos y monarquías; o donde los más ricos del mundo tienen tanto dinero que no podrán gastarlo durante los días que les quedan de vida.


Para concluir, la importancia de la Cultura de Paz debe radicar en educar al ser humano desde su esencia, formarlo para ser un agente de paz desde cada uno de sus actos y aptitudes. La construcción de una comunidad más justa y equitativa está en las manos de cada una de las personas que conformamos esta sociedad. La Paz no depende sólo de la voluntad de paz sino de la voluntad de cambio, en particular de aquellos que detentando el poder son los mayores responsables de los factores que generan violencia.

 

Luís G. Guerrero: “Sólo el fortalecimiento de una institucionalidad pública para el bien común favorecerá la paz”


Lluís Guillermo Guerrero, director del CINEP, en el primer encuentro de expertos del eje “Cultura de Paz”, ha recordado que la abstención en Colombia rodea entre el 58-60% de promedio histórico y recuerda que si se pregunta a los jóvenes o a los adultos sobre las razones de por qué no votan la respuesta la respuesta es clara: “aquí votar no vale nada”. Por eso “en la historia de nuestro país la gente se ha armado para poderse expresar políticamente”, ha afirmado.


Por lo tanto, si la frustración política genera violencia, el director del CINEP ha apostado por recuperar la política pública i la responsabilidad pública, que la ejecuta. “Aquí las leyes se paran por presiones de todo tipo, intereses económicos... Y así el bien común desaparece y aparecen los intereses solamente de grupo. Por eso, los foros de construcción de política pública para la paz deberían ser para la convivencia, para la armonía social, para el contrato social, para el bien común”, ha expuesto.


Y, siguiendo este hilo argumental, ha insistido además que en Colombia las políticas públicas no siempre aterrizan en el bienestar de la ciudadanía como debería ser y ha denunciado una desestructuración de la institucionalidad, ambas cosas obstáculos para la paz. “Sólo el fortalecimiento de una institucionalidad pública para el bien común favorecerá la construcción de paz”, ha asegurado.

 

Transitar de los abusos del pasado a cultivar las paces

 

Queda inaugurado el II Congreso Edificar la Paz en el Siglo XXI




Esta noche en Bogotá se ha inaugurado solemnemente en la Universidad de la Salle el II Congreso Edificar la Paz en el Siglo XXI. Representantes de importantes instituciones internacionales, como Naciones Unidas, la UNESCO o UNICEF, han apadrinado el evento. Y también han estado presentes los más de cincuenta expertos que participaran de este congreso junto con buena parte de los setecientos congresistas de diferentes países que hasta el próximo viernes participaran en él.


Sandra Bessudo, directora de la Agencia de la Presidencia para la Cooperación Internacional- APC, ha destacado que Colombia “más allá de los acuerdos de la Habana debería generar cultura de paz” y ha asegurado que el gobierno estará muy atento a los acuerdos que se lleguen en este II congreso Edificar la Paz.


Por su parte, Jordi Castells, representante de relaciones internacionales de la Diputación de Barcelona (España), ha destacado que este congreso representa “un gran logro” especialmente por el gran número de congresistas y entidades participantes y ha asegurado que para una institución como la Diputación de Barcelona es un “deber participar en un proceso de paz tanto si este tiene lugar dentro como fuera” de su país. Y ha manifestado que en un momento como el actual “las instituciones deben tener altura de miras” y “actuar a favor de la paz”.


Saadia Sánchez delega de la UNESCO ha substituido finalmente a Iirina Bokova, directora general de esta entidad, quien por motivos de agenda no ha podido asistir a la inauguración del congreso. Sánchez ha leído unas palabras de la máxima representante de este organismo internacional quién ha recordado que la paz “no es sólo ausencia de guerra” y ha destacado la importancia del eje temático “mujeres y paz” porqué “para una paz duradera ellas son clave”. “No se puede construir la paz mientras en el seno de la sociedad haya personas menosprecio hacia la mitad de sus integrantes”, (punto IX de la Carta de la Paz) ha asegurado Sánchez y ha recordado que la pobreza, un elemento que debería estar en las agendas internacionales, es otra obstáculo para la paz.


El acto ha sido concluido por dos de las máximas voces de las dos instituciones organizativas de este congreso: la Fundación Carta de la Paz y la Universidad de la Salle. Ambos han recordado que el origen de este congreso tuvo lugar en la capital catalana hace dos años cuando la universidad de Bogotá cogió el relevo de la Universidad de Barcelona, donde se había celebrado el I Congreso Edificar la Paz.


Por su parte el presidente de la Fundación Carta de la Paz, Jordi Cussó, ha recordado que el documento de la Carta de la Paz se presentó por primera vez en Bogotá justo hace veinte años y desde entonces la voluntad de la institución siempre ha sido trabajar por la construcción de la paz. “Edificar la paz en el siglo XXI es una tarea gigantesca, pero posible, si se hace sacando los resentimientos y buscando herramientas para crecer colectivamente”, ha afirmado.


Finalmente, el rector de la Universidad de La Salle, Carlos Gómez Restrepo, antes de dar por inaugurado oficialmente este congreso, ha recordado que la institución educativa celebra este año cincuenta años y que una forma de celebrarlo es mediante este congreso ya que “no es tiempo de presumir sino de construir”.


Aunque el relieve del congreso entre las Universidades de Barcelona y La Salle se hizo cuando aun no se conocían las negociaciones de paz de La Habana, pero a día de hoy son punto de máxima actualidad, todos los asistentes han destacado el acierto de realizar este congreso en este momento y la importancia de sus conclusiones.

 

Las experiencias personales han centrado el encuentro del eje temático cultura de paz


Las experiencias personales en el territorio, algunas de alto contenido emocional, ha centrado el grupo de expertos del eje temático de cultura de paz. También han tenido especial importancia otros elementos que también se habían analizado en las reuniones previas de los expertos: la educación, el papel de los medios de comunicación, los jóvenes y como convencer la sociedad sobre la importancia de la paz.


En este grupo se ha dado especial importancia a la voz de los congresistas que han llenado la sala del Teatro de la Universidad de La Salle, muchos de ellos llegados de fuera de Bogotá, pero sobretodo representantes de muchas entidades que cada día trabajan por la paz. Por eso ha habido preguntas muy claras y directas: ¿cómo actuar con los desmilitarizados? ¿Cómo convencer a aquellos que dudan si la paz es posible?


Una de las frases más impactantes de la mañana ha sido pronunciada por Monseñor Nel Beltran: “Tengo setenta y cuatro años de vida y quiero vivir un año de paz”. Y tras contar su experiencia al lado de las víctimas ha asegurado que “el secreto de la paz está en el corazón” y ha animado a los presentes a “realizar una nueva pedagogía nacional”.


El papel que debe jugar la escuela en la cultura de paz ha sido principalmente defendido por la profesora Sara Victoria Alvarado (CINDE). “La escuela debería pensar qué significa el desarrollo del niño y no legitimar con la educación las lógicas del mercado y de la violencia. Debería dar capacidad moral, política y de reflexión al niño y formar maestros de pedagogía para la paz”, ha opinado.


Como respuesta a una pregunta sobre si los guerrilleros tienen consciencia, el padre Francisco de Roux, también desde su experiencia, ha relatado que siempre se ha aproximado a los guerrilleros “desde la buena intención que tanto ellos como yo quieren el bien para Colombia” y teniendo en cuenta un objetivo: llegar a la consciencia de cada persona.


Jordi Palou, director del Memorial Democrático de la Generalitat de Catalunya y experto en resolución de conflictos, ha apostado por la justicia como mejor herramienta para la resolución de conflictos. Y ha asegurado que “en la construcción de la paz la teoría no basta, también es necesaria la experiencia”. “Y como todo el mundo ha tenido algún día una experiencia de paz todos podemos ser referentes de ellas”, ha concluido.


La defensa de los medios de comunicación al servicio de la paz ha vendido por parte del periodista Álvaro Duque quien ha reconocido que los medios deberían tener más en cuenta los grupos minoritarios, pero ha asegurado que esta deficiencia no es culpa de “una mano negra, sino de la rutina de los periodistas”. “Los ciudadanos tenemos los medios que nos merecemos” ha afirmado.


Y, por su parte, el pastor de la Iglesia Menonita, Pedro Stucky, ha pedido a instituciones que trabajan por la paz que pidan a las Naciones Unidas que ilegalicen las guerras.


Finalmente, ha concluido la sesión, la intervención de una congresista, ampliamente felicitada por la audiencia, que ha denunciado el hecho que Colombia haya ignorado “a lo largo de toda su historia, desde la colonización y hasta el momento, todas sus víctimas de la violencia”, des de los esclavos africanos hasta los muertos actuales. “Las victimas se han ganado a pulso hoy un espacio para ser escuchadas”, ha concluido.

 

Como construir la paz y la justicia y la reconciliación centran la segunda sesión del eje “Cultura de paz”


La segunda sesión de expertos sobre “Cultura de paz” se ha centrado especialmente en dos aspectos: la justicia y la reconciliación y en cómo construir la paz. Ha abierto la jornada de debate entre expertos y congresistas el director del Memorial Democrático de Catalunya, Jordi Palou, quien ha recordando que la paz pide de un diálogo "dinámico y participativo".


Además ha lanzado una pregunta al público. ¿Qué hacemos cada uno de nosotros a nivel personal y profesional para generar un autentico diálogo? Y en esta línea ha manifestado que “la paz no es una entelequia, ya que todos podemos aportar cada día alguna cosa a la cultura de la paz. La paz una actitud vital que no podemos dejar en manos de los políticos o de los jueces. ¿Aceptamos que haya inversión en guerra, pero porqué no reclamamos inversión económica en cultura de paz?”, ha manifestado.


Por su parte, sobre este mismo tema, Mn. Nel Beltran, ha recordado “que si no cambia la mente, no cambia la cultura, no cambia la historia” y ha manifestado que para que nazca cultura de paz en Colombia se deberían tener en cuenta tres elementos: escuchar los ocho millones de víctimas, oir el lenguaje de los armados “porqué no todo es desperdicio en lo que parece pura maldad, ellos también tienen algo que aportar y ellos también son tan humanos como nosotros” y, finalmente, escuchar a la naturaleza, “aunque hay cosas que no se pueden recuperar”.


Por otro lado, el secretario del grupo “Cultura de paz”, Mario Orozco, miembro del departamento de ciencias de las educación de la universidad de La Salle, se ha mostrado especialmente crítico con el sistema educativo de Colombia. “Aquí muchos valores como la paz se quedan en la retórica, porqué no hay una educación que forme el adulto en el criterio y en esta transición debemos superar el medio y educar en la inteligencia”, ha manifestado.


Desde el público hoy se ha manifestado varias inquietudes, en primer lugar porqué la paz no es una preocupación suficientemente grande para unir a los políticos del país, ya que en las últimas elecciones, el futuro del proceso de paz de La Habana dependió de un puñado de votos.


Otra inquietud planteada, que también apareció ayer, ha sido la actitud hacia la víctima pero también hacia el victimario, ya que si el proceso de paz sigue adelante los desmilitarizados dentro de unos meses pueden ser muchos, especialmente muchachos jóvenes, y estos ya no solamente se ubicaran en las zonas rurales, como ha sucedido hasta ahora, sino también en las ciudades. ¿Cómo se deben integrar?


Finalmente, también ha habido aportaciones, pidiendo la recuperación de valores como la tolerancia o el pluralismo. Explicaciones recordando el papel que juega la Iglesia en la construcción de la paz. Y, una especialmente significativa, en la cual, leyendo directamente la Constitución colombiana se ha recordado que muchas de la peticiones realizadas en este congreso se encuentran escritas en la Carta Magna del país pero no se cumplen.

 

Conferencia Central del Dr. Francisco de Roux


Acta de cierre del Eje Temático Cultura de la Paz

 
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11
JUN
FASE PREPARATORIA DEL CONGRESO EDIFICAR LA PAZ
Desde diferentes campos de trabajo y de experticia, los expertos de cada eje temático se reunieron respectivamente en torno a sus mesas para generar los primeros diálogos que serán la base teórica de los temas que se tratarán en el II Congreso Internacional Edificar la Paz 2014.

23
SEP
SINGULARIDAD DEL CONGRESO
Somos sujetos históricos, es decir, fruto de la historia y a la vez hacedores de historia. Fruto de ella porque, si la historia hubiese sido distinta, el presente sería distinto y nosostros no existiríamos.

Documentos del II Congreso Internacional Edificar La Paz en el Siglo XXI

Para facilidad de los asistentes al Congreso, se han concentrado en este artículo todos los documentos que se generaron durante el II Congreso Internacional Edificar La Paz en el Siglo XXI.

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Conferencia Central del Dr. Francisco de Roux

Conferencia Central del Dr. Francisco de Roux

Como construir la paz y la justicia y la reconciliación centran la segunda sesión del eje “Cultura de paz”

Mn. Nel Beltran manifiesta que para que nazca cultura de paz en Colombia se deberían tener en cuenta tres elementos: escuchar los ocho millones de víctimas, escuchar el lenguaje de los armados “porqué no todo es desperdicio en lo que parece pura maldad, ellos también tienen algo que aportar y ellos también son tan humanos como nosotros” y, finalmente, escuchar a la naturaleza.

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Las experiencias personales en el territorio, algunas de alto contenido emocional, ha centrado el grupo de expertos del eje temático de cultura de paz. También han tenido especial importancia otros elementos que también se habían analizado en las reuniones previas de los expertos: la educación, el papel de los medios de comunicación, los jóvenes y como convencer la sociedad sobre la importancia de la paz.

Queda inaugurado el II Congreso Edificar la Paz en el Siglo XXI


Grandes instituciones internacionales ponen de relieve la importancia que un evento de estas características tenga lugar en Colombia

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Artículo de Jordi Palou-Loverdos, experto del eje temático "Cultura de Paz", consultor internacional en mediación de conflictos y director del Memorial democrático de la Generalitat de Catalunya.

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Entrevista con el autor del libro La paz sin engaños sobre la cultura de paz y qué papel debe tener la academia en su promoción.

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